Berlín, la capital alemana, es una de las ciudades más modernas e influyentes del mundo. Allí es posible encontrar una gran cantidad de atractivos turísticos, los cuales forman parte de un ambiente que está marcado por la conjugación entre el pasado y el presente. Esto se debe a que dicha localidad se constituyó como un verdadero símbolo que dividió al mundo en la Guerra Fría y aún conserva las huellas de la historia: el famoso muro que la separó en dos urbes distintas durante décadas.
En esta ocasión en especial, trataremos sobre esta pintoresca combinación entre lo nuevo y lo viejo, por lo que detallaremos los atractivos antiguos de menor renombre de Berlín, los cuales ningún turista debe perderse para dar cuenta de esta armonía tan particular. En primer lugar, cabe destacar que los modernos edificios del centro, construídos de hierro y vidrio (como por ejemplo Potsdamer Platz), contrastan totalmente con los monoblcks recios que se sitúan en el área oriental, espacio que se caracteriza por la presencia de graffitis y casas de okupas (denominadas squatters).
El Mitte es un barrio que concentra una gran cantidad de atractivos, a pesar de que las guías turísticas no reparen demasiado en ello. No puedes dejar de visitar laplaza Alexanderplatz, en la cual se sitúa la Fernsehturm (“torre de televisión”) y otros atractivos realmente curiosos, como por ejemplo el monumento a Marx y Engels. En el suburbio en cuestión también es posible encontrar la Casa de Arte de Tacheles, sin dejar de mencionar que el barrio Friedrichshain es considerado como una de las zonas más populares y de mayor dinamismo cultural en la ciudad.
En la parte vieja de Berlín es posible apreciar un ambiente repleto de okupas, una enérgica vida cultural, arquitectura influenciada por los soviéticos, edificios grafitados, pequeñas salas de teatros, talleres de artistas, música en vivo, fiestas ocasionales y pequeños subsuelos en donde bandas de punk rock de jóvenes aficionados tocan.
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